"Siendo Oliver Wendell Homes Magistrado del Tribunal Supremo, en una ocasión de camino al Tribunal llevó a un joven, Learned Hand, en su carruaje. Al llegar a su destino, Hand se bajó, saludó en dirección al carruaje que se alejaba y dijo alegremente: "¡Haga justicia, magistrado!". Holmes paró el carruaje, hizo que el conductor girara, se dirigió hacia el asombrado Hand y, sacando la cabeza por la ventana, le dijo: "¡Ese no es mi trabajo!". A continuación el carruaje dio la vuelta y se marchó, llevándose a Holmes a su trabajo, supuestamente consistente en no hacer justicia".Es hora de que en México dejemos de tener un sistema de impartición de legalidad y avancemos a uno de impartición de justicia. ¿Qué es necesario para hacerlo? Sin duda muchas cosas, que a la vez involucran a un gran número de actores. Me referiré sólo a la judicatura.
Es necesario facilitar el acceso a la justicia, dejando en el pasado conceptos decimonónicos relativos al interés jurídico en el amparo, para adoptar algunos que permitan mayor flexibilidad y permitan a la población acudir a los órganos judiciales a defender sus derechos fundamentales.
Abandonar criterios rigoristas, como por ejemplo, decir que para que se colme el requisito constitucional de motivación es necesario citar el artículo, inciso, subinciso, fracción, párrafo o, en su defecto, transcribir la parte de la norma aplicable.
Dar preferencia, hasta donde sea posible, a las cuestiones de fondo sobre las de forma.
Redactar las sentencias de forma sencilla y concreta, para que puedan ser entendidas por todo el público, no sólo por los abogados.
La lista, desde luego, resulta insuficiente para la realidad. Pero por algo debemos de empezar, comprometiéndonos en aras del beneficio del país y de la población. Es necesario, también, un cambio de mentalidad en todos los que participamos en el derecho. Sin mejorar nuestra actitud, ni la más pulcra reforma legislativa logrará cambio alguno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario